“Supermamá”: ¿Existe o Solo Son Expectativas? 

Haguit Zahava

Escritora

La figura de la “supermamá” es un concepto omnipresente en nuestra sociedad, glorificada en medios de comunicación, redes sociales y hasta en conversaciones cotidianas. Pero, ¿existe realmente esta mujer que puede hacerlo todo sin despeinarse, o es simplemente una construcción de expectativas irreales?

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La “supermamá” se presenta como una mujer que equilibra perfectamente su carrera profesional, cuida de sus hijos, mantiene un hogar impecable y, además, encuentra tiempo para sus propios intereses y cuidados personales. Es una figura que nunca se queja, nunca se cansa y siempre tiene una sonrisa en el rostro. Sin embargo, esta imagen idílica es más una presión social que una realidad alcanzable.

Las expectativas sobre la maternidad y el rol de la mujer han evolucionado, pero a menudo de manera contradictoria. Por un lado, se espera que las mujeres sean madres dedicadas y presentes; por otro, se les exige ser exitosas en sus carreras profesionales. Esta dualidad crea una carga emocional y física significativa. La realidad es que, aunque muchas mujeres logran equilibrar múltiples roles, hacerlo sin sacrificar su bienestar es casi imposible

El costo de intentar ser una “supermamá” puede ser alto. Muchas mujeres se sienten abrumadas, estresadas y culpables por no cumplir con estas expectativas inalcanzables. La presión para ser perfectas en todos los aspectos de la vida puede llevar a problemas de salud mental como la ansiedad y la depresión. Además, puede afectar negativamente las relaciones con sus hijos y parejas, ya que el agotamiento y la frustración pueden impactar la calidad del tiempo compartido.

En lugar de esforzarse por ser una “supermamá”, es fundamental aceptar la realidad de que nadie puede hacerlo todo perfectamente. Aquí hay algunas herramientas para manejar las expectativas y fomentar el bienestar:

Establecer Prioridades: Identificar lo que es realmente importante y enfocar la energía en esas áreas.

Buscar Apoyo: No tener miedo de pedir ayuda a familiares, amigos o profesionales. Las redes de apoyo son cruciales.

Autocuidado: Dedicarse tiempo para uno mismo no es un lujo, sino una necesidad. Practicar el autocuidado ayuda a recargar energías y a mantenerse saludable.

Aceptar Imperfecciones: Entender que está bien no ser perfecta. Todos cometemos errores y aprender de ellos es parte del proceso.

Comunicación Abierta: Hablar sobre las dificultades y desafíos con la pareja y la familia puede aliviar la presión y fomentar un ambiente de apoyo.

La “supermamá” como concepto es más una presión social que una realidad alcanzable. Las expectativas irreales pueden afectar la salud y el bienestar de las mujeres, por lo que es crucial redefinir lo que significa ser una buena madre. Al centrarse en la autenticidad, la aceptación y el cuidado personal, las madres pueden encontrar un equilibrio más saludable y satisfactorio en su vida diaria.